
El pasado jueves, Lila nos convocó para asistir a la inauguración de la Exposición de Fin de Licenciatura en la Facultad de Bellas Artes.
Después nos trasladamos a La Trasera para hace una puesta en común y reflexionar sobre el sentido que tiene o debería tener esta exposición.
Para ponernos en situación, se nos aclaró que es el criterio de “algunos” profesores de 5º de las asignaturas de prácticas, los que eligen al alumno que expondrá.
A partir de aquí, el alumno puede ser visto como una cobaya que identifica la marca, o el sello del profesor.
Como resumen, a priori, tal y como está enfocada la exposición, parece haber un consenso entre todos los compañeros afirmando que, NO TIENE NINGÚN SENTIDO PARA NADIE. La facultad no está dispuesta a difundirla. Destacamos que todos los años es más de lo mismo y parece que sólo sirve para satisfacer el ego de algún profesor, o para que los alumnos, pudieran rellenar curricumum.
Comenzamos haciendo una crítica a nivel organizativo. Aunque el montaje, ha sido una práctica de la asignatura de museología, a lo mejor hubiera sido un criterio más acertado, mostrar que se hace por asignatura. Por un lado, se pone de relevancia que la división por disciplinas responde a una respuesta técnica y por lo visto, se está poniendo de moda en los museos de arte contemporáneo, como por ejemplo el museo de Málaga, ARCO, sin embargo museos como el Reina Sofía apuestan por un montaje en el que empiezan a dialogar piezas que tienen relaciones entre sí sin tener en cuenta la disciplina.
El hecho de que le profesor elija al alumno y no la obra complica el montaje de la expo. En este punto, a todos nos parece raro que no se seleccionen las obras, por lo que interpretamos que se está eligiendo al alumno, el que mejor hace la pelota. Además, no parece representativo que sea sólo un alumno por asignatura. Una obra única no puede representar el trabajo de un curso, además, casi ninguno nos sentimos identificados con la obra presentada.
¿Para qué debería servir la exposición?
Como una posibilidad de demostrar lo que los alumnos han hecho
Un escenario donde plasmar el resultado de un proceso de cinco años para ver si se ha dado la talla.
Debería servir para motivar al resto de los estudiantes. En este sentido, se exige un nivel más elevado. La muestra es un tanto mediocre. Se apunta que la calidad de la obra expuesta en los últimos años ha bajado mucho, sobre todo en todo en pintura.
Un vez que queda claro que no cubre una ruta pedagógica, ¿Cómo debería articularse esta exposición fin de carrera? ¿Cómo rehacer este concepto de exposición fin de carrera? ¿Cuál debería ser el modelo?
Se plantean varias vías, pero destaca el fin utilitarista de la misma. Desde esta perspectiva, se plantea que podría ser un instrumento que permitiera abrir a las puertas al mercado laboral través de los contactos de la universidad con las galerías, las ferias…Para ello, se puede plantear, que a través de un presentación de dosieres de la gente que se quiere dedicar a la venta, se llevara a cabo una selección de la Obra a partir de los trabajos que presenten los estudiantes. Se baraja la posibilidad de que sean los propios alumnos los que seleccionen las obras.
Aunque es cierto que si existen profesores que lo hacen, somos todos conscientes de que no tiene por qué ser una obligación promocionar a los alumnos.
Lo que sí está claro es que tienen lógica que tenga una mayor difusión la exposición y no solo a través de la Gaceta Universitaria. No se puede sentir vergüenza de un evento de estas características, pero es el sentir más extendido.
Otra propuesta sería presentar un proyecto abierto donde se trabajara sobre un concepto y diera lugar a varias exposiciones con la intención de intentar ser equitativo con todas las disciplinas, no solo pintura, fotografía, escultura.
Se ponen sobre la mesa la experiencia de otras facultados con la posibilidad de revisar los modelos y adaptarlos, por ejemplo, en Hamburgo, se abre una semana todas las clases, “Semana de puertas abiertas”, donde los alumnos enseñan en que estas trabajando, con lo que se cubre el ver que se hace dentro de las clases y además de ven más de uno o dos trabajos. En Manchester, obligatorio hacer tu propia expo y presentarla. En otros sitios se prepara un día de visionado de comisarios de las espacios de los alumnos.
Se propone pensar en otro tipo de formato, más a lo “New York”, o tal vez, entender la expo como “experiencia”, partiendo de la idea de presentar un proyecto desde un inicio, con un grupo de gente trabajando en colectivo. Todo lo que sería la experiencia del proyecto, tendría que estar vinculado al error, al ensayo. Se demanda la ausencia del proceso como experiencia.
Como conclusión, lo único que queda claro es que el objetivo de la exposición fin de licenciatura es algo que algo que está en redefinición.
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